ALICIA DELGADO..SE FUE LA PRINCESA¡¡

Su voz se apagó para siempre a los 50 años. Las coloridas polleras ahora están de luto y aquellos que disfrutaron de su voz, lloran su partida. Pero Alicia Delgado deja una huella imborrable en todos los que la admiraron y cuentan que, debido a su belleza, era asediada por los más prósperos empresarios y comerciantes de la época que caían rendidos ante su canto y hermosura.
Alicia Luisa Delgado Hilario nació en el pueblecito de Taucur, distrito de Pachangará, provincia de Oyón, en la sierra de Lima. Desde niña sintió que lo suyo era la música. Los domingos aprovechaba para irse al Coliseo Cerrado del Puente del Ejército para disfrutar del show de Flor Pucarina, Jilguero de Huascarán, Pastorita Huaracina y Totita Cruz, quien la amadrinó y la llevó a que cante por primera vez ante un micrófono en 'Radio Continente', en el programa 'Así canta mi pueblo'. A los 16 años ya estaba grabando su primer éxito discográfico, 'Un fracaso en la vida'.
LA CORRETEABAN

En los 80 Alicia Delgado era, sin duda, una de las mejores intérpretes vernaculares y se imponía con el arpa, que algunos colegas miraban como un arte menor, pero ella les demostró que en cada escenario que se presentaban eran llenos completos.
Por eso, en esa época fue llamada la 'Princesa del folclore', porque deslumbraba por su belleza y era asediada por empresarios y dueños de restaurantes que se disputaban el amor de la cantante vernacular.

Sin embargo, su corazón escogió a Rubén Gilmar Retuerto (comerciante pollero), con quien tuvo a su único hijo, Rubén Junior Retuerto Delgado. El matrimonio no duró mucho, pues Alicia se divorció de Retuerto porque, según dicen, él le habría sido infiel.

VIDA DURA EN USA

Por esta razón, decidió viajar a los Estados Unidos, donde tuvo que empezar de cero. En el Perú era una estrella, en el país norteamericano una simple desconocida. Para sobrevivir, tuvo que dedicarse a labores menores como limpiar casas y, de vez en cuando, algún empresario la contrataba para cantar en pequeñas peñas. Ella confesó, en una ocasión, que lo hacía con temor porque era ilegal.
Con el tiempo su vida mejoró en el país del norte, luego se llevó a su hijo y hermanos. Cuando obtuvo su residencia americana, retornó al Perú porque extrañaba a su público y los escenarios. Alicia regresó para seguir brillando con luz propia, su música, su sonrisa y esa coquetería innata en ella seguirán presentes. El folclore está de duelo, Alicia Delgado partió y ahora estará cantando y zapateando con los ángeles.